viernes, 11 de noviembre de 2011

La habitación de los secretos.

Antonio era un chico normal, estudiaba segundo curso de secundaria y sacaba buenas notas. Solo tenía un gran amigo, Álvaro, por que los demás compañeros de clase le llamaban el “raro”, pero a él eso no le importaba. Su madre se llamaba Carmen, estaba viuda, trabajaba de profesora en el colegio de primaria.


 Era feliz, aunque su padre había fallecido hace poco. Su padre se llamaba Antonio, como él, su padre trabajaba en un bufete de abogados pero un día le atracaron en la calle y en el forcejeo le clavaron una navaja en el pecho, murió. Esos días posteriores a la muerte de su padre fueron duros para su madre y para él, pero pronto se recuperaron y aceptaron la realidad.

Era sábado por la mañana y su madre le avisó que hoy irían a visitar a su abuela materna, que vivía en una casa de campo a unos diez kilómetros de la ciudad. A su abuela, llamada María Teresa, la veía poco y no sabía por qué, hacía dos años que no la veía y no tenía mucha confianza con ella. Carmen, su madre le aviso que irían a verla pero él se negó porque había quedado con Álvaro para jugar un poco a baloncesto. Como vio que su madre no cambiaria de opinión tuvo que llamar a Álvaro y avisarle. Hacía las diez de la mañana salieron para la casa de su abuela.

Antonio iba enfadado en el coche y en todo el viaje no habló con su madre, cuando salían de la ciudad por la ventanilla solo se veían campos de cultivo, cuando más se acercaban a la casa de su abuela había una gran vegetación de pinos y arbustos. Dentro de esa gran masa de vegetación se abrió un claro dónde estaba la casa de María Teresa. Llegaron a la casa y maría teresa los esperaba en la puerta, era un mujer elegante no iba muy arreglada y pese a su edad era muy bella, tenía una mas muy finas y delicadas. Había un gran perro en la puerta echado sobre una manta, Antonio se asustó al verlo.

Se bajó del coche y besó a su abuela, pasó con precaución al lado del perro, que ni se inmutó. Antonio fue directo hacia el sofá y encendió la televisión, como no había nada interesante salió al jardín de detrás de la casa. Estuvo allí sentado tranquilamente, y de repente llegó el perro y se echó a su lado, él asustado se intentó escapar pero el perro se levantó y lo siguió. Antonio se quedó parado y quieto, el perro lo seguía, hasta que su abuela salió al jardín y lo llamó.

-Antonio ven.-lo llamó su abuela.- te voy a presentar a mi perro, se llama Tarzán y es un rottweiller. Le explicó su abuela.

-La verdad es que si me da algo de miedo. Contestó él, sin dejar de mirar al perro.
- déjalo Tarzán no te va a hacer nada y ahora quiero que me hagas un favor, si no te importa. Dijo la abuela con una gran sonrisa en la cara.

-Vale, ¿qué tengo que hacer?- preguntó Antonio.

-Quiero que subas a la cámara, al último piso, donde en unas cajetas tengo un par de sartenes. Bájate la más grande que veas. Yo estaré en la cocina esperándote.- Le pidió María Teresa.

Con un poco de desconfianza comenzó a subir escalera, primero llegó al primer piso, donde estaban las habitaciones de su abuela y la de su madre. Como nunca había estado en esa planta pues pensó que echar un vistazo por las habitaciones no estaría mal. Primero entró en la habitación de su abuela, era una gran estancia muy amplia e iluminada, con vistas impresionantes de la sierra, que por cierto estaba un poco nevada. Abrió los armarios, la mesita de noche y en ella encontró una foto, de su abuela y de su madre montadas en un caballo blanco. Y encima de la de cama encontró un libro, seguramente sería el que su abuela se estuviera leyendo, era La isla del tesoro. Ya con todo registrado fue a la antigua habitación de su madre, la que era una habitación más pequeña pero muy encantadora y bonita, desde su ventana se divisaba el gran claro de la casa y el jardín, también le registró el armario, la mesita de noche y su antiguo escritorio, allí no encontró nada solo un poco ropa de su madre.

Ya con la primera planta vista, subió a la segunda planta, había tres habitaciones, una era la habitación de Tarzán para el invierno, otra era un pequeño ropero vestidor y la última habitación estaba cerrada con llave, pero al ser una puerta antigua tenía una gran cerradura por donde se podría ver algo. Antonio miró y vio un hilo de luz, que iluminaba un escritorio. Empujó un par de veces la puerta por si cedía pero estaba bien cerrada, por lo que desistió y finalmente subió a la cámara a por las sartenes que le había pedido su abuela. La cámara era una estancia amplia, muy iluminada, tenia estanterías y cajetas por todos sitios, debajo de una estantería estaba la cajeta de las sartenes, quitó el envoltorio y buscó la sartén, cogió una mediana llena de polvo. Bajo rápido aunque se paró en la segunda planta a mirar la puerta cerrada, preguntándose lo que escondía esa habitación.

Llegó a la cocina y le dio a su abuela la sartén, y mientras ella le quitaba el polvo y la limpiaba, el aprovechó y le preguntó.

-Abuela, mientras subía he visto que en la segunda planta hay una habitación cerrada y me ha entrado intriga y he mirado por la cerradura, he visto un escritorio, te lo digo por si me la puedes enseñar más tarde, porque quiero saber que esconde esa habitación.- Le dijo su nieto con entusiasmo.

-No hay problema Antonio, esa es una habitación antigua que esconde muchos recuerdos e historias del pasado, luego más tarde antes de que te vayas vamos y la vemos, yo te avisaré.-María Teresa le contestó con una voz intrigante y curiosa.

Comieron tranquilamente, hablando del instituto y de los viajes de su abuela, Antonio no sabía a qué se dedicaba su abuela, nunca se lo había preguntado y ahora era el momento oportuno.

-¿A qué te dedicas abuela?-Preguntó con curiosidad.

- Antonio, yo soy escritora y antes era periodista, por eso estoy poco tiempo aquí en casa.- Contestó sonriendo la abuela.

Terminaron de comer y su abuela fue a lavar los platos. Su madre le aviso que para las siete de la tarde se volverían a la ciudad. Rápidamente fue a la cocina y le dijo que como ya mismo se irían, que le enseñase esa habitación. Su abuela accedió. Los dos subieron, la abuela cansada y Antonio con rapidez y nerviosismo subió muy rápido.

La abuela introdujo la llave en la cerradura y abrió la puerta,  solo había una línea de luz, hasta que su abuela abrió la ventana y se iluminó toda la estancia, él pudo ver el escritorio que había visto antes, también vio que la habitación estaba llena de estanterías repletas de libros. Pero lo que más le llamó la atención fue que colgada en la pared había una espada, algo sucia y llena de polvo. Que haría allí eso se preguntaba Antonio y que hacia esta habitación llena de libros aquí, toda su cabeza se puso en funcionamiento y empezaron a surgirle preguntas, que se las iba a formular a su abuela, pero ella viéndole las intenciones rápidamente le paró los pies le dijo.

-Se que tienes muchas preguntas que hacerme sobre esta habitación, pero no será hoy cuando te cuente todo, otro día que vengas con más tiempo te contaré todas las historias que esconde  esta habitación, estos libros y especialmente esta espada.-Le dijo ella.- ¿Te gusta leer?- Le preguntó al momento.

-Sí, si es un buen libro si.- Contestó un poco desanimado.

-Pues elige el que tú quieras de los que hay aquí.- Le ofreció su abuela.

Antonio dio una vuelta mirando por la habitación, buscando algún título que le llamase la atención, al final se decidió un libro de historia de España. Al rato de coger el libro, su madre lo llamó para que bajase para irse ya hacia la ciudad. Antes de montarse en el coche, besó a su abuela y acarició a Tarzán. Se montó en el coche y se despidió con la mano de su abuela, a la que quería volver a ver pronto. Ya por el camino cuando salieron del claro de la casa de su abuela, abrió el libro de historia de España, pasó páginas y en la hoja de dedicatorias vio unas líneas escritas, era una letra muy rara que no llegó a entender pero ya se lo preguntaría a su abuela, la próxima vez que la viera.

3 comentarios:

  1. Me he quedado con ganas de más.....Me ha parecido una historia muy bonita, y los que más o menos te conocemos tiene que ver con tu vida y las comparativas de tus personajes casi que los puedo identificar, pero está escrita de una manera amena y aunque no empleas retórica( y eso me ha gustado), la forma de expresar el relato está genial junto con el mensaje. Enhorabuena, si escribes alguno más ó quizás te animes a una segunda parte me lo haces saber. Sigue adelante

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  2. Habrá segunda parte, la estoy formando. jeje Muchas Gracias.

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  3. Para cuando la segunda parte :)
    FJNM

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