domingo, 10 de julio de 2011

Dos mundos en uno

La noche se cerraba sobre la ciudad y Nadir andaba sin pausa, admirando el bonito paisaje invernal: los árboles sin hojas, el cielo encapotado y, sobre todo el vaho que salía de su boca. Como todo indicaba la navidad estaba al acecho y Nadir veía a muchas familias pasear de tienda en tienda ultimando detalles para Nochebuena, un momento agradable y familiar. Notaba en los rostros de la gente el brillo de la felicidad, sobre todos los niños, que se preguntaban que regalo tendrían.
Siguió paseando por el centro. Las calles estaban iluminadas por bombillas y farolas, por un momento Nadir se sintió embriagado por el  espíritu navideño, hasta que dobló una esquina y se encontró en una calle oscura y húmeda, un contraste con lo visto anteriormente.
Con un sentimiento de cambio continuó caminando, veía muchas casas en ruinas. se cansó de pasear y volvió a casa, mientras andaba por calles oscuras, buscando una salida se encontró un hombre que estaba intentando forzar la cerradura de una casa, cuando vio a Nadir salió corriendo hasta que se perdió. Nadir con gesto preocupado quiso salir rápidamente de aquel lugar, al doblar la esquina oyó el llanto de un bebé y  se topó con el hombre de antes, ayudaba a su mujer a levantar el carrito,  Nadir pasó cerca y el hombre no le pudo aguantar la mirada, cuando estaban un poco lejos Nadir dio media vuelta y levantando la voz dijo:
-¿Por qué lo has hecho? Preguntó Nadir.
-Mi hijo necesita algo que llevarse a la boca y no tengo trabajo, no es por vicio sino por necesidad. Contestó el hombre avergonzado.
Nadir quedó un momento pensativo, sin dirigirle palabra, hasta que levantó la vista y le dijo.
-¿Por qué desperdiciaste  la oportunidad que tuviste estudiando? Preguntó con disgusto Nadir ,que miraba con un poco de compasión al hombre.
-Fui tonto, no me di cuenta a tiempo y lo desperdicié, con dieciséis años empecé a trabajar hasta ahora y no quiero que mi hijo pase por lo que yo pasé. Dijo el hombre agachando la cabeza.
-¿Cómo te llamas? Pregunto de nuevo Nadir.
-José. Contesto con serenidad
Nadir le tendió una tarjeta y le dijo.
-Mañana ve a esta dirección y tendrás un trabajo.
En cuanto dijo esto dio media vuelta y se marchó, dobló la esquina, dejó atrás el duro e impactante mundo real y volvió a un mundo de ensueño y fantasía.

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